Ciudad de México 27 Noviembre._ Los exvotos son una genuina y onírica muestra de gratitud por un favor recibido de algún santo o virgen católica. Y a la Virgen de Guadalupe se le conoce por conceder la mayor cantidad de favores y por convertir a más de un hereje.
El Museo de la Basílica tiene la colección de exvotos más grande de todo el país.
Al entrar al museo, sobre los muros del pasillo que lleva a la primera sala, hay colocadas cientos de placas con exvotos hechos a mano por los fieles. Cada una cuenta una sola historia con una imagen, a veces acompañada de un pequeño enunciado o descripción del contexto en que se dio la intervención. A veces ni eso. Todas están hechas con los recursos técnicos y materiales a la mano, es decir, pedazos de madera o pinturas de papelería.
En los exvotos, parte esencial de la cultura guadalupana, hay toda clase de historias. Gente que agradece por salir ilesa de un asalto o un choque, por sobrevivir alguna operación riesgosa, o por haber liberado a su padre de prisión. Son, en pocas palabras, pequeños milagros cotidianos condensados en viñetas.
Además, en el Museo de la Basílica hay unas vitrinas que contienen objetos valiosos para quienes los dieron como ofrenda en gratitud. Cruces, medallas, llaves, escapularios, balas y figurines de personajes distintos (como Peter Pan, por ejemplo, o un Simba de plástico). Sin importar la procedencia de las ofrendas, cada una es un pequeño tributo al favor merecido por la persona, cuyo motivo solo conoce quien los obsequió.
EL DATO
La entrada al Museo tiene un costo de diez pesos y abre de martes a domingo de 10:00 a 17:30 horas.
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