Por: Rafael Hernández Gallego
La comunidad, es sin lugar a duda un espacio indispensable que hemos descuidado, es aquel lugar común al que deberíamos siempre querer volver o nunca olvidar y en el que siempre deberíamos estar, ese lugar seguro que nos hace sentir parte de algo que le da sentido a todas estas reglas y costumbres sociales, sin embargo en las ultimas décadas se ha descuidado ese concepto y creo que hemos abordado el bienestar personal como principal objetivo de vida.
No se puede entender una sociedad sin comunidad, hoy hemos dejado de pensar en los demás, aunque añoramos esas épocas en las que podíamos estar en la calle, ir a cualquier lado del país sin miedo y sin tomar mayores precauciones, no creo que se trate de un tema que se resuelva de manera sencilla y es algo que necesariamente tiene que ver con principios básicos de formación.
La familia fue durante décadas el cimiento de esta comunidad, hoy estamos buscando o reconfigurando el concepto tradicional de familia, y creo que es sumamente nutritivo para nuestra sociedad, solo que tenemos que apurar esos cambios, y entender que: añorar tiempos pasados o querer volver a la tradicional familia, es una tarea que no nos llevará a ningún lado , o tal vez lo que logre es distraernos de lo que tenemos que hacer como sociedad, o en todo caso nos lleve al lugar equivocado, así que hay que ver hacia adelante, mantener como sociedad el ritmo de los cambios que requerimos.
Hoy se ha vuelto una costumbre hablar de nuestros perfiles, nuestras cuentas, o si tenemos Facebook, Twitter, Instagram, por mencionar las más importantes redes sociales, que yo me atrevería a llamarlas: las redes individuales o del individualismo con sus honrosas excepciones.
Esta costumbre de hablar de esto, no es más que parte de nuestro día a día, aunque es sin duda un tema que esta alejando a la clase más desprotegida de la sociedad, pues la mayoría no tiene acceso a estas herramientas, el simple hecho de tener acceso a internet se esta volviendo indispensable, a pesar de esta visión de ser una herramienta que une, que sin duda lo es, creo que esta la contraparte que es el alejar, y aquí esta ganando la batalla el individualismo.
Me refiero más a la naturaleza humana de querer ser reconocido, que se confunde fácilmente con el ego, así pues sería bueno plantearnos esta pregunta: ¿de qué manera aportamos algo a esta comunidad, a la sociedad? No hablo solo de ser un buen empleado o buen jefe o un gran emprendedor, hablo de comenzar nuestros días pensando ¿qué nos hace falta como comunidad? y dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a lograr esto.
Un ejemplo, ¿Por qué cuando vamos en el auto y existe un embotellamiento utilizamos el acotamiento para ganarle la carrera al vecino? para llegar antes, o por sentirnos superiores al otro, todos estamos molestos y enojados por el tráfico es natural, pero nunca nos ponemos a pensar que nosotros somos parte de ese embotellamiento, por que no pensamos que es un carril que debe estar libre por si alguien de verdad lo necesita, o para servicios de emergencia, ¿por qué encontramos la manera de meternos indebidamente en una fila, o estacionamos en lugares prohibidos y buscamos ser ventajosos en cualquier circunstancia que se nos presente?, todo esto refleja sin lugar a dudas muchos de los problemas que tenemos como sociedad y lo difícil que es lograr una comunidad.
Hoy tenemos una buena oportunidad para empezar a construir una comunidad más fuerte, ya que existe en el mundo la pandemia del COVID-19, y la mejor solución a esto esta en las manos de todos de manera literal, y también, hipotéticamente hablando.
No soy médico ni epidemiólogo, soy parte de la comunidad y juego un papel como todos, absolutamente todos, algunos de mayor importancia como son médicos, enfermeras, los servicios de limpieza de las ciudades o los servicios funerarios entre otros, a los cuales no tengo más que agradecer y decirles que tienen mi compromiso en el papel que a mi me toca. Hoy, el miedo no ayuda, pero tampoco el individualismo el protagonismo y la desinformación, tenemos una oportunidad de oro para resurgir como comunidad, como sociedad, pensar en todos, pensar que si somos mejores vecinos todos viviremos mejor.
¿Dónde queda la responsabilidad de nosotros en este problema mundial? , culpamos a los gobiernos pero todos tenemos un grado de responsabilidad, tenemos que ser empáticos y ayudar en la trinchera que nos toque hoy, se trata de combatir un problema que tenemos que resolver todos, aprovechemos este tema en común para construir en México y en el mundo una verdadera comunidad.