La CDMX parece un nido de cables. ¿Quién ha ido caminando y se ha topado con un cable colgante y lo ha tenido que esquivar? Yo sí y no es una experiencia agradable, ya que, por temor o desconocimiento, los cables me dan ansias y creo que la ciudad debería ser un espacio libre de cables que estorben al transeúnte o lo pongan en riesgo.
El problema no sólo son los cables fuera de su lugar o encontrar un rollo de cableado tirado en la calle, la realidad es que el sistema de cableado en postes, en términos de estética urbana, es terrible por sí mismo.
¿Por qué “decorar” las calles con cables colgados?
Samuel Morse instaló la primera línea de telégrafo del mundo en 1843, creando los postes de teléfono; sin embargo, Morse quería instalar el cableado bajo tierra, pero no pudo hacerlo.
Esta idea nació por desesperación, como se lee en un artículo de Gizmondo: “La idea de colgar los cables en lo alto de largos postes de madera nació por pura desesperación. Morse comenzó instalándolos bajo tierra, pero los cables resultaron defectuosos y el proyecto comenzó a peligrar. El presupuesto y el plazo de ejecución dictados por el Congreso de Estados Unidos se acababan, así que Morse y sus ingenieros optaron por la solución menos elegante pero más efectiva: los postes de telégrafo.”
El telégrafo, que lograba comunicar a las personas de forma rápida, fue un éxito así que los postes con cables y la posibilidad de transmitir la información velozmente se multiplicaron como conejos.
Con la llegada del teléfono, éste se encontró con una infraestructura perfecta a la que sólo había que añadir más cables (me imagino que era tal el entusiasmo por la telefonía que a nadie le importó lo horrendos que se ven).
La epidemia de cables voladores llegó a muchas ciudades del mundo incluyendo nuestra “Ciudad que es chinampa” y lo que sucede después ya lo sabemos.
En la actualidad, los postes sujetan cables de teléfono, luz, alumbrado público, televisión, internet y más, siendo un peligro para la vista, porque insisto, son feos, y también son una amenaza en episodios de desastres naturales o para la fauna.
¿Por qué lo seguimos haciendo?
- Enterrar una línea de cables es más complicado que colgarlos.
- Hacer un cableado subterráneo requiere hacerlo muy bien porque los cables tienen que estar correctamente puestos bajo tierra, lo que cuesta mucho dinero.
- El agua es el enemigo principal de los cables subterráneos, ya que son muy sensibles a este elemento.
- Detectar un fallo en una línea enterrada es más difícil que hacerlo en las elevadas.
Existen algunas zonas en la CDMX con cableado subterráneo como avenida Masaryk, cuyo cambio se realizo en 2018, pero la gran mayoría de las colonias y delegaciones tienen el enorme reto de mejorar el cableado.