Cuando comenzamos a aprender cualquier cosa que no dominamos, añoramos poder ser expertos como otras personas; pero tranquilos que en algún momento ellos también fueron aprendices.
Existen personas que tienen más habilidades para otras cosas y viceversa, en este caso los idiomas también pueden resultar más fáciles o difíciles de aprender, sin embargo nada es imposible. Todo se trata de tiempo.
Foreign Service Institute (FSI) creó un mapa una clasificación que establece una relación entre los idiomas oficiales de distintos países europeos y el tiempo promedio que le toma aprenderlos a una persona cuya lengua materna es el inglés.
Por ejemplo, para un agloparlante nativo, las lenguas romances mayoritarias se encuentran clasificadas en la categoría I y, por lo mismo, bastan aproximadamente 24 semanas de estudio en cualquiera de ellas para hablarla y leerla con suficiencia. El alemán, que tiene fama de difícil, está aquí en la categoría III.
Estos son algunos ejemplos de cada categoría:
CATEGORÍA I (23-24 semanas o 575-600 horas; idiomas muy parecidos al inglés): francés, italiano, noruego, portugués, español, sueco.
CATEGORÍA II (30 semanas o 750 horas; idiomas parecidos al inglés): alemán.
CATEGORÍA III (36 semanas o 900 horas; idiomas con diferencias lingüísticas o culturales con respecto al inglés): indonesio, malasio, swahili.
CATEGORÍA IV (44 semanas o mil 100 horas; idiomas con diferencias lingüísticas o culturales significativas con respecto al inglés): armenio, bosnio, checo, griego, hebreo, ruso (entre otros).
CATEGORÍA V (88 semanas o 2 mil 200 horas; idiomas con una dificultad excepcional para angloparlantes): árabe, chino mandarín, chino cantonés, japonés, coreano.
Este mapa nos da un panorama aproximado del tiempo que tardamos en aprender algún idioma, igualmente nos muestra un claro ejemplo sobre la constancia siendo clave para lograr nuestros objetivos.