Lego es una marca presente desde la niñez de muchas personas. Esos bloques de colores que permiten construir hasta lo imposible, no sólo son los responsables de fomentar la creatividad, a partir de este año, también serán un juguete ecológico.
La estrategia: cambiar el plástico por un material más ecológico, un bioplástico de origen vegetal (caña de azúcar) que sustituirá el producto con el que fabrican los bloques.
Según un artículo publicado en Expansión, “los nuevos elementos botánicos están hechos de polietileno de origen vegetal, “un plástico suave, duradero y flexible que, aunque tiene base en material de la caña de azúcar, es técnicamente idéntico al plástico convencional”, por lo que “ni los niños ni los padres notarán diferencia alguna en calidad o apariencia”.
“Este polietileno está hecho de etanol producido a partir de caña de azúcar, la cual es obtenida de forma responsable de proveedores que deben cumplir con estrictos requisitos éticos, medioambientales, de salud y de seguridad.”
Lucha por conseguir el material perfecto
Para la marca danesa de juguetes no fue fácil. Necesitaron siete años para conseguir un material que se adaptara a sus necesidades y que fuera amigable con el ambiente.
Desde 2018 comenzamos a ver figuras de lego inspiradas en plantas y árboles hechas con este material amigable con el planeta.
La idea de la marca es sustituir al 100% los bloques de plástico para convertirse en una marca responsable con el planeta.