Si alguna vez has pensado en como serían tus días sin poder ver o escuchar, habrás percibido cierta preocupación por ello, sin embargo, tienes la fortuna de que eso suceda únicamente en tu imaginación a diferencia de las personas que si tienen deficiencias en sus sentidos visuales y auditivos y que cada día es un reto para ellos aprender y conocer aún con su situación.
Una discapacidad nombrada sordoceguera, es aquella en la que quienes lo padecen sufren una deficiencia en sus sentidos de la vista y del oído, misma que complica en cierto punto la comunicación de estas personas con otras, además de ser también una dificultad para ejercer otras capacidades como la de la movilidad.
Quienes lo padecen saben que su situación les impide en diferentes niveles mantener su autonomía, aun en actividades diarias y comunes, algunas de estas personas dependiendo su nivel de discapacidad requieren de apoyo para llevar a cabo sus actividades.
A pesar de vivir en un mundo hecho para personas sin discapacidades, las personas sordociegas cuentan hoy en día con lenguajes que les permiten comunicarse y tener cada vez mayor participación social.
La sordoceguera no siempre se presenta desde el nacimiento, existen muchos casos también en los que esta discapacidad se presenta a temprana edad y es principalmente en estos dos casos en los que las personas tienen mayores complicaciones para desarrollar su personalidad.
Es importante también entender que cada persona tiene una situación distinta, aunque tengan el mismo padecimiento, la gradualidad de su discapacidad influye tanto como las condiciones de vida que tenga, en las que se ve involucrada su familia, sus recursos, etc.
El lenguaje de señas y el sistema braille son sin duda grandes herramientas para poder vivir con sordoceguera, no obstante, aun falta más por hacer para ser en verdad una sociedad inclusiva.
Por ejemplo, contemplar los espacios públicos inclusivos sería un gran avance y favorecería en gran parte al desarrollo de las personas con discapacidades.