Con los acontecimientos recientes durante la transmisión de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, se demostró el papel que juega la salud mental para los participantes.
Un claro ejemplo de ello, fue la declaración de la gimnasta estadounidense, Simone Biles, quien a pesar de su gran talento y desempeño durante la competencia, decidió retirarse de las finales por problemas de salud mental.
Debido a que la mayor parte de las esperanzas por obtener el oro para Estados Unidos estaban puestas en ella y la presión se hacía cada vez más fuerte.
Los expertos han mencionado al respecto que los atletas a pesar de tener cuerpos fuertes y saludables, requieren de una mente de igual manera con buen estado de salud.
De lo contrario, la sincronización de la mente con el cuerpo repercute en su desempeño y por ende en los resultados durante las competencias.
Y aunque probablemente no era un aspecto que hubiera sobresalido en competencias anteriores, la joven gimnasta tuvo el valor de hacerlo valer en esta ocasión.
Foto de AS
Y así lo hizo también la tenista Osaka, al poner en primer lugar su salud física y mental antes de el reconocimiento de su talento con una medalla.
Por tal motivo, la mirada de los expertos ahora atienden al llamado de la salud mental de deportistas de alto rendimiento y se interpone como prioridad ante cualquier competencia.