Ciudad de México 15 Noviembre._ Antes cada barrio tenía su cine: temático, sencillo, vanguardista o magnífico. Algunos sobreviven en condición de cascarones, pero la mayoría desapareció.
A la Ciudad de México llegó la primera función de cine en 1896 en el Castillo de Chapultepec. Con el tiempo y de a poco, el cine dejó de ser novedoso y escaló posiciones hasta llegar a la más alta, la de realidad cotidiana.
En la colonia Obrera estaba el Estrella, el Cine Ford en la Doctores, y en la Juárez el Bucareli. Hubo cines de todo y para todos. El Ópera abrió las puertas el 11 de marzo de 1949, con sus espejos hasta el cielo y muebles exquisitos. Nada de extraño tenía el gesto de construir un cine fastuoso, más parecido a un palacio.
Estaban El Encanto, proeza del art decó que cobraba la entrada a tres pesos, con una fachada altísima, imposible; el Palacio Chino, decorado como salón místico de Oriente; el Alameda, pequeña réplica de algún pueblo que muchos comparaban con Taxco. Tenía recovecos de talavera y un techo azul en el que de día proyectaban nubes y por la noche estrellas. En el cine Chapultepec Alfonso Mejía y Roberto Cobo hicieron el casting para Los Olvidados, porque Luis Buñuel tenía justo arriba sus oficinas.