La pequeña localidad de Quintanalara, en Burgos, tiene tan solo 36 kilómetros y unas cuantas calles rodeadas por edificios de piedra. La mayoría de sus habitantes ni siquiera habita la mayor parte del año en el pueblo, pero han apostado por el turismo cultural con la creación de una biblioteca que opera las 24 horas los 365 días del año.
La meta inicial era de 10 mil libros, pero pronto la meta se vio superada y gracias a la difusión en redes sociales pronto se vieron involucrados instituciones públicas y privadas, así como particulares que donaron libros y bibliotecas heredadas de sus padres; incluso la Universidad de Navarra contribuyó con 2,000 kg de libros.
Entrelibros no es una biblioteca regular; en lugar de prestar libros lo que se busca es que se haga un intercambio y desde su fundación en 2016, ya se han canjeado 4000 libros. La biblioteca pertenece también a la red de BookCrossing, siendo uno de los puntos de la red con más libros.
El Potro, como llaman al edificio alberga la biblioteca, es un pequeño edificio rodeado de naturaleza y con las paredes cubiertas de estantes que invita a recorrer sus pasillos para encontrar ese libro que nos inspire a llevarlo a casa.
El éxito de la biblioteca, que puso al pueblo en el mapa, los ha motivado a poner sobre la mesa la creación de una segunda biblioteca, para la que se espera recolectar un mínimo de 20 mil libros. Mientras tanto la vida en el pueblo se ha revitalizado,