A pesar de que la etapa de la vejez en todos los seres humanos es inevitable pues es parte de nuestro ciclo de vida, lo que significa que no hay manera de evitar el envejecimiento, pero lo que si se puede cambiar es la manera en la que viven los adultos mayores, su calidad de vida en esta última etapa del ser humano es sumamente importante para continuar viviendo felices.
Hay aspectos de la vejez que no son precisamente muy agradables pues por lo regular o al menos la mayoría de las personas que entran a la etapa de la vejez van perdiendo capacidades físicas y mentales, aunque varia bastante dependiendo la vida que ha llevado la persona a lo largo de los años.
La salud de la persona es la parte más afectada del ser humano cuando envejece, la cantidad de padecimientos o enfermedades y el nivel de gravedad en que estas se presenten es bastante variable, hay adultos mayores que siguen siendo capaces de realizar sus actividades básicas de manera independiente, pero hay otras más que en esta etapa de la vida ya requieren de apoyo para realizar sus rutinas diarias.
Se puede decir que en la vejez por lo general la autonomía disminuye considerablemente, por eso es importante mantener una calidad de vida saludable desde antes de envejecer, por ejemplo, hacer ejercicio y alimentarse sanamente son dos puntos clave para que, al llegar a los 60 años, tu cuerpo aún conserve sus capacidades o las mantenga en el mejor estado posible.
Desde un simple dolor crónico en la espalda el adulto mayor puede comenzar a evitar la actividad física, ya sea por recomendación de un profesional o por decisión propia, pero algo que parece poco alarmante empieza a convertirse en un problema desde el momento en el que te impide realizar tus actividades de manera normal y a tu máxima capacidad.
El envejecimiento activo trata principalmente el tema de la actividad física, del ejercicio constante y a un nivel considerado dependiendo la edad de cada persona, su alimentación y su estado físico.
Hacer ejercicio, desde el mismo caminado o con levantar un abrazo y el otro alternando, movilizas el cuerpo, lo que te permite mantener la capacidad funcional de tus piernas, pies, brazos, manos, etc, esto influye también en sus capacidades de coordinación y reacción.
Parece una actividad bastante simple, sin embargo, cuando la persona ya no mantiene al cien por ciento la funcionalidad de su cuerpo, es cuando requiere apoyo de alguien más para hacerlo y en algunas ocasiones esto implica también gastos adicionales para los familiares.
Para mantener un envejecimiento activo se recomiendan actividades físicas como caminar, subir y bajar escaleras, ambas a un ritmo bajo, a menos que la persona pueda incrementar un poco el ritmo, también debe procurar realizar sus actividades cotidianas de manera independiente.
Aun cuando la persona no las realice del todo bien, debe intentar seguir siendo autónomo, está bien si hay alguien ahí cerca para auxiliarle, orientarle o simplemente para estar al pendiente de que no ocurra ningún accidente.
Fuente: Fiapam