Ciudad de México, 26 Marzo.- Luego del megaterremoto que sacudió a la Ciudad de México en 1985 donde hubo grandes pérdidas humanas y materiales, se creó el Sistema de Alertas Sísmica de la Ciudad de México (SAS) convirtiéndose en uno de los proyectos más grandes e importantes en materia de protección civil.
En 1989 el SAS contaba con 12 estaciones sismo sensoras en la costa de Guerrero con la vigilancia del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico A.C (CIRES), no ha dejado de crecer y actualmente cuanta con 64 estaciones instaladas en las zonas sísmicas de Guerrero, Jalisco, Colima, Michoacán y Puebla.
Como las ondas de radio son más rápidas que las sísmicas, a través de ellas se envía la información de los parámetros del sismo, desde los sensores próximos al epicentro hasta los receptores de las zonas que va a afectar. Viajando a una velocidad de entre 3.5 y 4.0 km por segundo entre las cosas del estado de Guerrero y la Ciudad de México.
La alerta sismica se activa automáticamente cuando las estaciones detectan un sismo, existen dos tipos de alarmas:
- Alerta pública: si se espera un sismo de efectos fuertes (que es cuando se activa la alarma sísmica).
- Alerta preventiva: para sismos moderados.
Esta alerta sirve para iniciar las acciones de prevención antes de que lleguen las ondas sísmicas y puedan ocasionar daños.
Estos segundos que tenemos pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte, siempre que te encuentres en algún lugar busca cuales serían los lugares más seguros en caso de sismos, ubica la salidas de emergencia y trata de mantener la calma.