Históricamente, el azul ha sido uno de los pigmentos más difícil de conseguir. Incluso hoy con los avances tecnológicos y el desarrollo en el campo de la química, resulta difícil obtener una tonalidad de azul que verdaderamente contenga “azul” en su composición.
Muchas veces, en la naturaleza, aquello que a nuestra vista parece azul, no es sino un efecto de refracción de la luz, lo que dificulta replicarlo. Sin embargo, en 2009 químicos de la Oregon State University (OSU) dieron con un nuevo tono de azul mientras investigaban materiales con aplicaciones electrónicas.
¿Qué tiene de especial este azul?
El nuevo tono, al que llamaron YInMn Blue, fue producto de la casualidad, así lo afirma Mas Subramanian, quién estaba a cargo de esta investigación. Lo que dio como resultado un tono azul brillante capaz de rebotar el calor y absorber rayos UV. Y que además, no es tóxico.
Las aplicaciones de este nuevo tono de azul van más allá de lo estético, pues podría ser empleado en revestimientos, plásticos y en techumbres para ayudar a mantener los edificios más frescos, gracias a su capacidad de reflejar la luz infrarroja; lo que podría ayudar a reducir los costes de mantener los edificios aclimatados y disminuir el gasto de energía.
El equipo de Subramanian ha expandido su investigación para hallar otras tonalidades que sean igualmente estables y que permitan estas aplicaciones con un abanico de tonalidades. Hasta ahora, el color más difícil de sintetizar ha sido el rojo.
Por lo pronto, las investigaciones siguen, pero el azul ya está en vías de comercializarse con Shepherd Color.
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