Sin importar la edad que tengas o las situaciones que hayas vivido, el papel de una madre es irremplazable y su cariño incomparable.
Así que aunque pasen los años, nunca te olvides de hacerle saber a tu mamá lo mucho que la quieres y lo importante que es y ha sido durante toda tu vida:
Desde que supiste que serías mi mamá ya me cuidabas…
Cuando estaba dentro de tu panza escuchaba como me hablabas, me cantabas y me acariciabas.
El día que nos conocimos fue el día más feliz del inicio de nuestra vida juntos.
Dejaste de dormir 8 horas por cuidar de mí y a veces se enfriaba tu comida porque tenías que atenderme.
No sólo me enseñaste a hablar y a caminar, mientras te observaba aprendí como debe ser una madre.
Tú has estado en cada primer paso que he dado y me has dado la seguridad que necesito para lograrlo.
Si no fuera por tus consejos y tus regaños, no sería la persona que soy ahora.
Y aunque he crecido y hoy yo ya tengo que cuidar de ti…
Cada día confirmo la fortuna de tenerte a mí lado, de seguir platicando, de que me sigas dando un consejo o un abrazo.
Y de poder ayudarte yo a ti, cuidarte y devolverte con amor lo mucho que hiciste por mí.
¡Gracias mamá!