El cigarro es una de las sustancias más tóxicas y contaminantes que existen; más allá del daño que genera en la salud de quien lo fuma y quienes le rodean, el medio ambiente también se ve afectado por los residuos del tabaco.
La huella ambiental comienza desde su fabricación y las sustancias que contiene hacen que su humo sea más contaminante que los autos de diesel. Finalmente, al desecharlo, las colillas terminan en las calles, llegan a los desagües, al mar y una sola colilla puede llegar contaminar hasta 50 litros de agua, matando peces, aves y otros animales.
Es bien sabido el daño que causa el tabaco en nuestra salud y en el ambiente, pero mucha gente no se decide a dejar este vicio. Sin embargo, Alexis Lemos, emprendedor de origen argentino, encontró una forma de contrarrestar el daño de las colillas al medio ambiente con la creación de ladrillos ecológicos.
Durante meses investigó con ayuda de una bióloga y una experta en recursos naturales renovables y a través de la mezcla de los residuos del tabaco y otros elementos naturales, lograron que la degradación del cigarro que normalmente toma 15 años, se realizara en tan solo 20 días. Dando como resultado un biopolímero, que sirve de base para la creación de estos ladrillos hechos sin cocción y armados a presión.
Cigabrick, nombre que le han dado a este proyecto, procesa más de 5 millones de colillas al mes. Y trabajan de la mano con el gobierno para remover las colillas de las calles y fabricar estos ladrillos, que posteriormente son vendidos a municipios y entidades gubernamentales, para la construcción de viviendas para familias de escasos recursos.
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