Recientemente se ha dado a conocer que trabajadores en Arizona, EU, están destruyendo cactus de la frontera con México para dar paso a la construcción del muro promovido por el actual presidente del país vecino, Donald Trump.
Ante esto, grupos de ecologistas y activistas aseguran de que se trata de una “tragedia ecológica”, pues se están matando más de 100 plantas endémicas conocidas popularmente como “gigantes del desierto”, los cuales pueden llegar a alcanzar unos 18 metros y vivir entre 150 y 200 años.
A través de un video que circula en redes sociales, se puede ver a una de estas máquinas derrumbado y empujando un saguaro de tamaño mediano, en el área donde actualmente ya se reemplaza la antigua valla de madera por enormes placas de acero de nueve metros de alto.
Laiken Jordah, experto en conservación del medio ambiente del Centro para la Diversidad Biológica en Arizona afirma que una vez que se concluya el proyecto a lo largo de 70 km de vallas, cientos de cactus, saguaros y otras plantas serán removidos.
No obstante, resulta “una tragedia ecológica ver estos saguaros siendo arrastrados como basura por una excavadora”, dice Dan Millis, coordinador del programa de conservación de Sierra Club en Arizona.
Los saguaros se desarrollan exclusivamente en la región del desierto de Arizona-Sonora y se caracterizan por sus múltiples brazos, que se desarrollan a medida que pasan los años y resulta complicado trasplantarlos, aunque ese es el plan del gobierno.
Myles Traphagen, coordinador del programa de conservación Wildlands Network (Red de Tierras Silvestres), de la zona fronteriza, considera que la construcción del muro dentro de Organ Pipe causará un daño irreparable a la región.
“No solo estamos hablando de la destrucción causada por la construcción del muro, sino de la división física que traerá esta barrera, agregado a las intensas luces que afectarán a las aves y otras especies nocturnas,” asegura.
