Ciudad de México, 1º Noviembre.- Conocidos comúnmente como “unicornios marinos”, los narvales o ballenas con espada, serán las encargadas de guiar a la Agencia Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), hacia una nueva lucha contra el cambio climático.
Estos cetáceos que habitan principalmente en las aguas árticas, poseen un colmillo que logra sobresalir de la superficie del mar Ártico y de las aguas del norte del Océano Pacífico.
Generalmente lo utilizan para aturdir a sus presas y cazarlas con mayor facilidad, sin embargo, gracias a esta extremidad que poseen principalmente los machos, serán parte esencial de un programa de cambio climático diseñado por la NASA, con el que rastrearán el nivel de deshielo del Mar Ártico y contribuirán a detectar las zonas de mayor alerta.
El proyecto denominado como Océanos Derritiéndose en Groenlandia (OMG, por sus siglas en inglés), ya cuenta con un séquito de narvales a los que se les ha colocado un GPS que sirve para medir el tiempo, la profundidad y la distancia, con el que estos cetáceos facilitarán conocer la localización exacta y a qué velocidad se están derritiendo los bloques de hielo.
La virtud que tiene esta especie, es que pueden acceder a zonas del océano llenas de trozos de hielo, lugares a los que los investigadores difícilmente tienen acceso y también, alcanzan profundidades de hasta 800 mil metros.
Para lograr el objetivo, los instrumentos de medición serán ajustados al cartílago de la espalda de los narvales y será un trabajo con beneficio doble, pues de acuerdo con el oceanógrafo de la NASA Ian Fenty, estos animales han resultado ser un poco tímidos y se conoce poco sobre su comportamiento.
«Son muy, muy difíciles. Son tímidos, elusivos, se escapan con facilidad. Puedes pasar un mes en el campo y difícilmente verás un narval», explicó la bióloga marina Kristine Laidre.