Los diseños creados por artesanos mexicanos, miembros de comunidades indígenas, son hermosos, tanto, que cada vez son más empresas de moda internacionales las que “se inspiran” en las artesanías mexicanas para crear sus diseño.
Entrecomillo la frase “se inspiran” porque, en varias ocasiones, copian el trabajo de los artesanos para después venderlo en miles de pesos.
La buena noticia es que mujeres artesanas mexicanas están presionando al Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe para patentar y hacer denominaciones de origen territorial de los diseños creados por indígenas.
Según el sitio Mi Patente, el objetivo es lograr un registro latinoamericano que proteja el trabajo de más mujeres indígenas.
Actualmente no existe una protección real del trabajo artesanal de los pueblos indígenas, así que están a expensas de plagios y mal uso de sus creaciones.
Un ejemplo muy sonado fue la colección resort 2020 de Carolina Herrera, la cual está llena de diseños propiedad de las mujeres artesanas, quienes, con poco reconocimiento y apoyo, se sustentan de sus creaciones.
¿Qué podemos hacer? Elegir textiles creados por artesanas mexicanas para apoyar sus negocios y disfrutar de la belleza de la artesanía mexicana.
¿En qué afecta el plagio de diseños mexicanos?
Según un artículo de Cultura Colectiva “La antropóloga Lourdes Arizpe alertó sobre la invasión de “baratijas” provenientes de países asiáticos, a la cual calificó de “crimen cultural” pues han afectado a los artesanos.”
“Natalia Toledo, participó y señaló que el punto no es que las empresas paguen por el aprovechamiento de los elementos culturales de las comunidades, no se trata cobros sino de proteger el arte de los pueblos originarios, fortaleciendo los derechos de autor, por un acto de justicia y dignidad.”