Ciudad de México 22 de Octubre._ Un microbiólogo de origen oaxaqueño podría ser acreedor al premio Nobel de Medicina.
Se trata de Alejandro Cabrera, de la comunidad El Espinal, Oaxaca, y podría ser un mexicano que nos enorgullezca aún más como nación, pues sus contribuciones son impresionantes.
Para empezar, Alejandro Cabrera descubrió cómo prevenir infartos cardiacos y cerebrales, así como cómo mejorar la vida de quienes ya los han padecido.
El primer hallazgo del oaxaqueño fue romper con la creencia de que el ARN del núcleo de las células no solo contiene información genética, pues descubrió que este también puede transmitir patologías, y que –en resumen– es el responsable de los infartos.
Por si fuera poco, todo indica que identificó un tratamiento para evitarlos, el cual ya se está aplicando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Justus-Liebig de Giessen, en Alemania, el cual consiste en hacer un patrón con un baumanómetro, el pequeño saco que se coloca en el brazo para inflarlo y tomar la presión.
¿Cómo? Cabrera indica que si al sentir un dolor de brazo antes del infarto, el baumanómetro se infla y desinfla algunos minutos cuatro veces seguidas, nuestro organismo se pondrá alerta y ‘dará la orden’ de comenzar a destruir las moléculas patológicas que producirán un infarto.