A través de la biorremediación utilizan hongos de pudrición blanca o degradación, para reducir la contaminación que producen las colillas de cigarro.
El camino hacia esta investigación surgió por la inquietud de una organización que se dedica a la limpieza de playas en Argentina.
Quienes recurrieron al Laboratorio de Micología Experimental de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para dar seguimiento al caso de la contaminación por colillas de cigarros.
De esta manera las biólogas y científicas recurrieron a la biorremediación por lo que recurrieron a los hongos de pudrición blanca que degradan la madera.
Así se permiten también ahorrar recursos naturales como el agua que es necesaria para la desintoxicación mediante otros métodos.
Y en conjunto con el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad de San Martín descubrieron que estos hongos pueden degradar las colillas alimentándose de ellas para sobrevivir.
Además, esta especie de hongos puede también absorber metales pesados y metaloides que al igual que la nicotina son nocivos para la salud.