Después de un año de confinamiento, se puede confirmar que la compañía y el apoyo que brinda la familia es un regalo invaluable…
Es muy probable que antes de que la pandemia comenzará, tu “vida normal” la llevarás a cabo más fuera de casa que dentro de ella.
Y por supuesto la convivencia con tu familia era mínima, entre las responsabilidades y obligaciones, quedaba poco tiempo para estar juntos.
Pero de pronto un día tuviste que quedarte en casa a trabajar y los niños y niñas dejaron la escuela y la llevaron a casa también. Y entonces la convivencia incrementó.
Probablemente al principio todo parecía un caos, no estaban acostumbrados a pasar más de medio día juntos, comer juntos, hacer sus labores en el mismo lugar…
Parecía imposible de lograr tal vez, pero ya ha pasado un año desde entonces.
Y hoy más que nunca has recordado lo valioso que es pasar tiempo en familia, desayunar o comer juntos.
Sobre todo has tenido el tiempo para reflexionar sobre lo importante que es cada integrante de tu familia en tu vida y lo mucho que necesitan uno del otro.
Han aprendido a cuidarse, a procurarse y a apoyarse en todo momento, por que eso es lo que más han necesitado estos días.
Aunque lo más importante es que aunque todo esto pase, el valor y el amor a la familia se quede y este presente en todo momento.