Ciudad de México, 14 Diciembre.- Muchas personas prefieren permanecer en su zona de “confort” y por miedo no deciden cambiar de trabajo aunque se sientan insatisfechas.
Cambian de trabajo por decisión propia o se ven obligados a buscar un nuevo trabajo y con ello viene el gran miedo a lo nuevo y la incertidumbre a lo desconocido.
Pero no te preocupes que a continuación te enlistamos lo miedos más comunes y cómo puedes combatirlos:
- Miedo a lo desconocido
Es quizá el temor más primitivo y el más obvio. Pero a día de hoy también resulta poco productivo: vivimos en una sociedad que cambia constantemente y cada vez se hace más necesario aprender a tolerar la incertidumbre.
Hay algunos profesionales que son muy conscientes de esta situación y se lanzan al vacío sin saber si hay red.
- Sentirse cómodo
Lo fácil —lo que no da miedo— es quedarse en un trabajo que dominas y no te exige demasiado o que te ofrece pequeños retos que controlas. El problema es que evitar los grandes retos es algo dañino para tu bienestar. Tus actividades diarias pierden emoción cuando las repites de forma rutinaria. “Superar desafíos aumenta la seguridad en ti mismo y te hace sentir más capaz de cara al futuro”.
- Miedo a no ser suficientemente bueno
Esta es quizá la razón más consciente por la que la gente se niega a cambiar de trabajo. “Está relacionado con la inseguridad y la falta de autoestima, aunque no es necesariamente síntoma de ningún trastorno”. Compórtate como si pudieras hacerlo, y podrás hacerlo.
¿Qué puedo hacer?
- Empieza por el principio. Haz cosas que te den miedo cada día. Cosas pequeñas que te ayuden a tener la sensación de superación. Esta práctica te ayuda a construir tu “músculo del riesgo”, así lo llama DiVecchio.
- Entrevista a 4 o 5 personas: amigos, familiares o compañeros de trabajo y pregúntales en qué piensan que eres bueno. A veces somos los últimos en ver nuestro verdadero valor. Mira los patrones que surgen de sus respuestas. Mira lo que se repite. Si todo el mundo dice que tienes una capacidad de comunicación maravillosa, presta atención a eso.
- Vive en el ahora. La ansiedad al cambiar de trabajo está basada en los pensamientos sobre el futuro. Recuerda que la mayoría de cosas a las que temes no pasarán nunca.
- Y si todo fuera mal… ¿qué sería lo peor que podría pasar? El fracaso no tiene por qué ser siempre negativo.
Equivocarte puede ser una buena oportunidad para conseguir más información sobre lo que se te da bien y lo que no.