La técnica japonesa conocida como Kintsugi surgió hace cinco siglos en el lejano Oriente, con la finalidad de reparar aquellos objetos que se han roto y cambiar por completo su apariencia haciendo lucir las ranuras o los pedazos aún más estéticos.
Este método comenzó a utilizarse con el cuento de cerámica roto del feudal Ashikaga Yoshimasa quien en lugar de echarlo a la basura prefirió repararlo.
Darle un nuevo sentido y una nueva vida a los objetos es el propósito de esta técnica japonesa que además hace uso de otros elementos para resaltar aquellos detalles que se han reparado.
Incluso las piezas llegan a ser mejor valuadas después de reparadas que antes de romperse.
Foto de Lucirmás
Filosofía
Así esta técnica o método artesanal principalmente empleada en Japón también hace referencia a cuestiones sobre la vida.
Por ejemplo la resistencia y la reparación de las heridas o las cicatrices que en ocasiones dejan algunas malas experiencias.
Y sin embargo la vida continúa y se pinta mejor cuando lo que menos importa es alcanzar la perfección