Ciudad de México, 11 Diciembre.- Los graffities de Sego y Ovbal, son reconocidos por su peculiaridad de criaturas fantásticas, las cuales se caracterizan por tener cuerpos amorfos a los que les salen extremidades que parecen ser de otro planeta.
Este artista visual nació en la Ciudad de México y durante su infancia vivió en Oaxaca, lugar de donde obtuvo mayor inspiración para la creación de sus murales. A sus inicios comenzó a pintar en la calle y posteriormente se especializó al reconocer el valor que tenía su trabajo.
Sego y Ovbal ha expuesto en diversos lugares como Nueva York, Suecia, París, Buenos Aires, entre otros, pero lo que más le apasiona es intervenir en espacios públicos, re apropiarse de sitios abandonados, paredes olvidadas, barrios en medio de la nada para crear historias y recuerdos que conecten con sus espectadores.
Lo más característico de su trabajo es la forma en la cual retrata los procesos de los insectos a través de formas y de saber manejar la presión de los aerosoles.
“No es que me lo haya planteado. Cuando uno crece con una familia, usas las mismas palabras o los mismos gestos. Y yo creo que a mí me estaba pasando eso: estaba absorbiendo una cultura visual que, cuando crezco, lo incorporas o te mueves en cosas que de niño absorbiste. Lo que más me gusta es que sin decir “soy oaxaqueño”, como dicen algunos pintores famosos o ‘mi obra tiene que ver con Oaxaca’. Yo viví Oaxaca en algún momento y lo hago saber. No tomo Oaxaca para sustentar mi obra. Lo que Oaxaca aportó a mi obra fue una forma de percibir las cosas. Una que a veces no sé explicar del todo”.
Este artista se ha convertido en uno de los referentes de la nueva ola de artistas que están cambiando el arte y el diseño en México.