Por muchos años, los parámetros de belleza femenina, sobre todo, se han basado principalmente en las tonalidades de piel blanca y en la delgadez, lo que impedía a muchas personas, no sólo mujeres, sentirse atractivas por su apariencia física, la buena noticia es que hoy en día la belleza ya no se mide por color de piel ni por estatura ni por lo delgado de la cintura.
En los últimos años, la industria de la moda nos ha dado gratas sorpresas sobre todo en lo que respecta a sus estándares de belleza, tendrá poco tiempo la verdad que este mundo tan inmenso se ha convertido en un ámbito más incluyente en distintos aspectos.
Uno de los más destacados ha sido el tema de la belleza, cuando antes para definir la belleza de una mujer se describía a aquella persona de tez blanca, cabello rubio y largo, con una figura extremadamente delgada y de estatura alta, en la actualidad, esos aspectos ya no son los únicos que entran dentro del concepto que se tiene ahora sobre la belleza femenina.
Hoy en día ya se reconoce también como una mujer bella a todas aquellas que no son tan blancas, sino más bien su piel es morena y sus medidas no son 90-60-90, y en ocasiones tienen el cabello demasiado corto y mejor aún son personas de origen indígena, por lo que sus rasgos físicos no se comparan con los de ninguna otra mujer, son tan únicos que por esa misma razón su belleza se vuelve tan atractiva.
Con estas referencias, la revista VOGUE ha formado parte de esta inclusión dentro de la industria de la moda, en esta ocasión lo han hecho con la aparición de la modelo Karina Vega, originaria del estado de Oaxaca, haciéndola participe de la portada de VOGUE MÉXICO.
El propósito de la participación de Karina en esta edición se debió principalmente a dos razones, la primera, el tema central de esta edición es la sustentabilidad en la industria y la segunda, al propósito de mostrar al mundo que existen muchos tipos de belleza, y que sin importar las clases sociales o el lugar donde naciste se reconozca la belleza individual.
Para Karen los acercamientos al mundo de la moda iniciaron desde que ella era una adolescente, hace tan sólo cuatro años, ella servía de modelo para la esposa de su abuelo que confeccionaba vestidos. Así como ella menciona, ese fue un momento que marcó su vida pues se dio cuenta que era tan sólo el inicio de un gran sueño.
Tal vez no imaginaba que a tan corta edad tendría la oportunidad de aparecer en la portada de una de las revistas de moda más importantes y leídas en el mundo, lo más destacable es que su belleza sobresalió y fue elegida por encima del resto de los modelos que participaron también en la edición para ser el rostro principal de la revista en esta ocasión.
Fotografía: Vogue México