Remedios Varo es una de las pintoras surrealistas, escritora y artista gráfica más importante de todos los tiempos, originaria de España pero naturalizada en México nos ha dejado un legado cultural que perdurará por todos los tiempos.
De su biografía se han escrito miles de palabras que engloban su estadía por París, sus influencias estéticas como el Bosco, el Greco, Goya y más, además de sus parejas amorosas y la donación de sus obras al Meseo de Arte Moderno de la Ciudad de México, sin embargo poco hay de su propia voz.
Al menos tres relatos fueron rescatados de un cuaderno de uso común que tituló “Recetas y consejos para ahuyentar los sueños inoportunos, el insomnio y los desiertos de arenas movedizas baja la cama“, “Días de meditación” y “Trigo, aceitunas y naranjas, preservarte del frío con lana de oveja”, de los cuales rescatamos algunas frases que nos ayudan a entender la magia y el surrealismo de una mujer.
“Puedes ir de acá para allá, pero mientras tú no estés bien, nada de lo que te rodea lo estará”
“Como usted ya sabe, en este país existe una gran actividad en el terreno de la brujería, pero todas estas prácticas se limitan casi siempre al ejercicio de la medicina o a la fabricación de filtros del amor, todo ello de una manera más bien mecánica y algo distraída por parte del curandero, y únicamente porque así es la costumbre. El factor principal es siempre la fe del paciente, que naturalmente produce en muchos casos buenos resultados”
“Estuve junto a ellos porque sentía cierta afinidad. Hoy no pertenezco a ningún grupo; pinto lo que se me ocurre y se acabó. No quiero hablar de mí porque tengo muy arraigada la creencia de que lo que importa es la obra, pero no la persona. No me interesa la polémica ni ninguna actitud, soy sencillamente pacífica, necesito la paz”
“Una vida inocente, nada de temor, ni de dolor, ni de culpabilidad, el metro cuadrado alrededor es completamente seguro, pero… tantas abejas han entrado y se han puesto a fabricar miel, que ya hay casi un metro y me llega a más de medio cuerpo. No sé que hacer, si siguen quedaré enterrada en miel… Adorable manera de morir”
“Es muy desagradable pasar toda la noche corriendo perseguido por un león, llegar — ¡por fin!— ante una puerta, buscar refugio tras ella y encontrar que hay un pozo profundo donde desearíamos caer (en brazos placento-maternales, desde luego) pero donde no caemos; inesperadamente volamos por encima, llegamos a una sala enorme con muchas puertas y tras cada una de ellas está el mismo león”
“La única huida es subiendo por el candil de cristal tallado, pero es imposible porque precisamente del candil baja el cartero con un telegrama anunciando el nacimiento de cuatro gemelos mauritanos en la cocina…etc., etc. ¡Ya saben ustedes lo que viene después!”